sábado, 1 de mayo de 2021

Árboles que a su vez protegían al mapuche,


 

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Antes de la entrada del wingka a #Wallmapu en 1883, con la ocupación de la Araucanía, nuestra mapu estaba llena de árboles ancestrales milenarios protegidos por sus hijos mapuche.
Árboles que a su vez protegían al mapuche, le daban su alimento y refugio. Temu, walle, lawal, koywe, boldo, peumo, luma, triwe, foye, pewen, gefuñ, tepa, mañío, ulmo y muchos otros.
Esos árboles eran inmensos y anchísimos luego de crecer lentamente por siglos. Su madera estaba apellinada, dura como metal. Eran el paisaje del bosque o selva fría de Wallmapu.
Inmensos bosques, prácticamente impenetrables, eran lo que se conoce como Mawiza. La vida brotaba por todas partes bajo esos ancianos vegetales.
Esa mawiza proveía a nuestros bisabuelos y abuelos de comida cuando escaseaba en invierno el fruto de las estaciones de primavera y verano. Changles, llonkoño, ziweñes, todo tipo de fruto del bosque era alimento estacional para nuestra gente, nuestros mayores.
De esos árboles es que mucho mapuche tiene su apellido, kvpalme de sus antepasados y el propio. De esos árboles muchos territorios mapuche llevan su nombre, la denominación de su tuwvn.
En medio de esos bosques caminaron Leftraru, Kewpulikan, Pelonxaru, Lientur, Magiñ, Kallfvkura, Kilapag. Esos bosques tenían siglos de ser testigos de nuestra historia. Vieron el desenlace de nuestra resistencia frente al español primero y luego frente al chileno y argentino. Esos bosques sabían quienes eran los hijos de esta mapu.
Antiguos machi por siempre encontraron lawen para la medicina del cuerpo, para sanar el espíritu. En los menoko, en los esteros, en los lugares húmedos del bosque o mawiza. Siempre había medicina para el machitun, el lawentuwun.
Si desaparece el lemuntu, el bosque, se pierde el equilibrio del ecosistema que el mapuche siempre cuidó que no se rompiera.
El wingka entró a la fuerza en nuestro territorio, lo ocupó militarmente, lo repartió a colonos, taló nuestros árboles y ganó dinero exportándolos, comercializando y vendiendo la madera de ese bosque milenario. Décadas más tarde los colonos lo vendieron a latifundistas, los que vendieron a transnacionales que llenaron de especies exógenas, o sea, no nativas y así provocó un desastre natural en el ecosistema.
En el lapso de un siglo, esos árboles ancestrales fueron exterminados y luego reemplazados por otros que crecieran rápido para su pronta venta y explotación, así llegaron pinos y eucaliptos.
Ahora el paisaje de la mapu está lleno de plantaciones forestales, transnacional. Nada crece en el suelo de esas plantaciones, no hay lawen, no hay hierbas medicinales, no hay agua, son desiertos verdes que acidifica la tierra.
A falta de agua ahora esteros, vertientes y humedales han desaparecido. Hierbas medicinales han desaparecido. Los ríos se han vuelto pequeños, los pozos ya no dan agua. Nada en algunos sectores.
Flora y fauna mapuche que ha habitado esos espacios está desapareciendo por el fuerte impacto ambiental negativo que producen las plantaciones forestales.
El agua se va de los espacios antiguos donde había gente. La vida de la mapu ha ido cambiando junto con el reemplazo de especies arbóreas.
Esos árboles que nuestros ancestros nunca tocaron por el respeto y cariño que les tenían, por la conciencia de que eran nuestros dadores de vida y protectores de nuestros espacios, esos árboles han desaparecido en su gran mayoría por la acción depredadora del wingka.
Exterminar árboles centenarios, milenarios.
Exterminar y reemplazar por especies extranjeras. En un siglo han creado un desastre ecológico nunca antes visto.
Los ancianos árboles ya no están.
Se han ido, pero no han desaparecido todos ellos. En determinados espacios aún quedan algunos anchos, muy anchos ancianos.
Sus hijos, los mapuche, se encargarán de replantarlos, de favorecer su brote otra vez.
Feley may.
Kimun: Ignacio Kallfvkura.

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