martes, 30 de mayo de 2017

Estas son las ciudades que desaparecerían bajo el agua en 2050 por el calentamiento global

Estas son las ciudades que desaparecerían bajo el agua en 2050 por el calentamiento global

   
- En Calentamiento GlobalMedio AmbientePolución Ambiental
 
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EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y EL AUMENTO DEL MAR
A partir de investigaciones científicas, se reveló que distintas zonas costeras podrían estar en riesgo ante el calentamiento.
El calentamiento global es un tema de preocupación cada vez mayor. El cambio climático, el derretimiento de los glaciares y la subida del nivel del mar son innegables e imparables. Incluso millones de personas se verán obligadas a emigrar de sus hogares.
Los glaciares ubicados en la Patagonia, Groenlandia, los Himalaya y el Kilimanjaro podrían desaparecer en el futuro. En el caso de los glaciares pequeños de Suiza, el calentamiento global desaparecerá el 52% en los próximos 25 años, y el oeste de Canadá perderá el 70% de sus glaciares en 2100.
Por su parte, un grupo de expertos de la Universidad de Colorado aseguró: “A menos que se tomen medidas sustanciales de respuesta climática y se invierta la tendencia al aumento de la temperatura global, veremos cómo el mar se traga las calles de Miami y las reservas de agua dulce de los glaciares derretidas en el lodo”.
Sumado a este estudio, la revista Scientific Reports publicó otro en el que afirman que las inundaciones se duplicarán en los próximos 30 años y el nivel del mar aumentará unos 20 centímetros.
La lista de las ciudades con mayor riesgo de experimentar inundaciones catastróficas es Abiyán, ubicada en Costa de Marfil, en África. Y entre otras regiones, las ciudades indias de Kochi y Bombay, también tienen peligro de quedar bajo agua.
Con respecto al hemisferio occidental, el calentamiento global pone en riesgo tanto Vancouver (Canadá), como las ciudades estadounidenses de Seattle, San Francisco y Los Ángeles. En esta lista, se suman los países de la costa atlántica de Europa.
Vía: planetavivo.cienradios

viernes, 26 de mayo de 2017

Flora y fauna de la patagonia

Esquel Viernes 26 de Mayo de 2017 / PATAGONIA EXPRESS / FLORA Y FAUNA

Flora y fauna de la patagonia 



Especies que se encuentran en la región patagónica correspondientes, sobre todo, a la estepa y al bosque andino patagónico. Se incluyen gran parte de las especies más fácilmente reconocibles o habituales.
Flora autóctona. MICHAI
plantas nativas
Michai
 Calafate
 Plantas nativas

FLORA AUTÓCTONA (POR ORDEN ALFABÉTICO)

Alerce, Lahuen, Lahuan (Fitzroya cupressoides)
Amancay, Liuto (Alstroemeria aurantiaca)
Arrayán, Quetri (Luma / Myrceugenella )
Botellita (Mitraria coccinea)
Calafate (Berberis buxifolia)
Ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis)
Coihue (Nothofagus dombeyi)
Colihue (Chusquea culeou)
Don Diego de la Noche (Oenothera odorata)
Frutilla (Fragaria chiloensis)
Fucsia, Chilco, Aljaba (Fuchsia magellanica)
Lenga (Nothofagus pumilio)
Maitén (Maitenus BoariaMaqui (Aristotelia maqui)
Michai (Berberis darwinii)
Mutisia (Mutisia decurrens, Mutisia retusa)
Notro (Embothrium coccineum)
Ñire (Nothofagus antarctica)
Palo piche (Fabiana imbricata)
Pangue, Nalca (Gunnera chilensis)
Pilpil (Campsidium valdivianum)
Radal (Lomatia hirsuta)
Retamo (Diostea junceae)
Taique (Desfontainea spinosa)

FLORA EXÓTICA (POR ORDEN ALFABÉTICO)

Flora exótica.FRUTO DE MOSQUETA
Fruto de Mosqueta
Abedul (Betula pendula)
Alamo (Populus nigra)
Corinto (Ribes rubrum)
Grosella (Ribes grossularia)
Helechos
Hongos (Cyttaria darwinii / Morchella intermedia / Boletus)
Líquenes
Llao Llao, Pan de Indio (Cyttaria darwin)
Mosqueta (Rosa eglanteria)
Musgos
Sauce (Salix babylonica / Salix fragilis)
Sauco (Sambucum nigra)

FLORA DE LA ESTEPA

neneoNeneoCoirón (Stipa humilis, Stipa speciosa, Festuca pallescens)
Colapiche (Nassauvia glomerulosa)
Espino negro
Mata negra (Verbena tridens, Chiliotrichum diffusum)
Murtilla (Empetrum gracillima / rubrum)
Neneo (Mulimum spinosum)


AVES DE LA ZONA PATAGÓNICA

chucaoChucao
Ave característica de la selva y bosques de la zona cordillerana. Fácil reconocerlo por el tono rojizo de su garganta y pecho; aunque tiene hábitos recluidos y sigilosos, que lo hacen mantenerse generalmente dentro de las espesuras de los bosques. Le gusta la cercanía de algún estero o riachuelo, por lo que es más fácil verlo en los momentos en que baja a tomar agua, y siempre que crea estar solo. Anida cuando el terreno aún está húmedo y fangoso por las lluvias invernales, en una cueva que cava en el suelo, en algún barranco o ladera escarpada con mucha vegetación. Pone de 2 a 3 huevos blancos, bastante grandes en relación al tamaño del ave, de dimensiones de 28 mm. x 23 mm.
Picaflor Rubí
Este picaflor no emigra a zonas cálidas en invierno. Es muy curioso y bastante confiado cuando se acostumbra a las personas, que en invierno suelen colgar recipientes con agua azucarada o con miel para alimentarlos. Su cuerpo es verde tornasolado, alas negro-azuladas, vientre gris claro y garganta punteada de verde. Su característica sobresaliente es la corona rojo anaranjada, que en la sombra sólo parece negra. Tiene además una notoria manchita blanca detrás de los ojos.

bandurria bayaBandurria Baya
Cabeza y nuca marrón rojizo, dorso grisáceo, cola y borde de alas negras. Cuello y pecho amarillentos, vientre negro y patas rojas. Largo pico negro y curvado, con el que busca su alimento bajo tierra. Esta hermosa ave regresa en primavera, reuniéndose en ruidosos grupos sobre praderas abiertas, pudiéndoselo ver también cerca de lagos y cursos de agua. En vuelo se comunican con un constante llamado metálico, como trompeteo.

flamenco australFlamenco Austral
Es posiblemente el más hermosos de las tres especies de flamencos que habitan en nuestro país y tiene su hábitat en lagunas y corrientes de agua dulce y salobre. El cuerpo es rosado, alas de color salmón fuerte, bordeadas de negro. Desata toda su belleza en vuelo. El pico es grueso, negro y curvado para peinar el fondo barroso. Se lo ve generalmente en bandadas bastante populosas.

teru teru fauna de la patagoniaTeru TeruSe lo encuentra en toda la República en praderas, en zonas campestres y acuáticas. El dorso es pardo, las alas brillan en un tono verdoso tornasolado y rojizo en los hombros. Frente, garganta y pechos negros, vientre blanco y ancha faja negra en la cola. El pico es rojo con punta negra, ojos color rojo. El macho que vemos en esta foto tiene además espolones rojos en los hombros. Es bastante agresivo, especialmente en época de cría. Su insistente grito "teru-teru" alerta ante cualquier peligro o anormalidad. Por eso es común que se lo mantenga como guardián en propiedades.

condor andinoEl Cóndor Andino 
Es el ave voladora más grande del mundo; con sus alas desplegadas llega a los 3,4 m y su longitud de pico a cola es de 1,6 m; su peso puede llegar a los 12 Kg. De plumaje negro en todo el cuerpo; en sus largas alas tiene una banda blanca sobre el lado externo, en los extremos de estas alas, tienen largas plumas remeras separadas como dedos. Posee un collar blanco felposo que no llega a cerrarse por delante de su cuello. Una de las características de las aves carroñeras, es que tienen la cabeza y cuello desprovistos de plumas, lo cual les facilita la penetración dentro de los cuerpos de los animales muertos de los que se alimenta.

ALGUNOS MAMÍFEROS

guanacoEl Guanaco
Los Guanacos forman parte de la fauna autóctona de la región, junto con Choiques, Maras, Piches y Zorros. Es frecuente verlos al transitar rutas o caminos. De ojos grandes y largas pestañas , con pelo largo y espeso. Podemos acercarnos pero frente al peligro huyen , saltando cuanto arbusto o alambrado encuentran a su paso.

liebre o maraLiebre o Mara
Esta es la especie de mayor tamaño llegando a superar en medida a la liebre europea. En su pelaje es dominante el gris, volviéndose blanco en las partes inferiores. Es roedor muy común en los zoológicos en donde anda suelta. Probablemente su carne es comestible y su piel es muy apreciada.

Huemul - El Fantasma de los Andes
Shoam para los tehuelches, güemul de los araucanos, el huemul ha sido parte importante en la vida de los antiguos habitantes de la Patagonia, cuando las poblaciones de este robusto ciervo ocupaban no solo la cordillera andina austral sino también parte de los pastizales subandinos. En la actualidad su presencia se ha vuelto poco frecuente, debido a la reducción de su hábitat, la caza y las enfermedades transmitidas por el ganado, que acompañaron a la ocupación europea y criolla de las tierras Patagonicas. Más Info

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miércoles, 3 de mayo de 2017

Celebramos los 120 años del descubrimiento de la primera partícula subatómica: el electrón,

Celebramos los 120 años del descubrimiento de la primera partícula subatómica: el electrón, un logro que las enciclopedias atribuyen al inglés Joseph John Thomson en 1897. Aunque Thompson era ya un científico muy reputado, su anuncio fue difícil de creer, ya que entonces se pensaba que no había nada más pequeño que un átomo. Sin embargo, en poco tiempo aquel hallazgo revolucionó la comprensión científica de la materia, abrió el camino a la física de partículas y a multitud de aplicaciones en el campo de la electrónica, según cuentan los libros de texto. Pero, ¿realmente fue así?
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El descubrimiento del electrón se atribuye al físico inglés J.J. Thompson. Crédito: Departamento de Energía de EE. UU.
“La palabra ‘descubrir’ es problemática”, sugiere a OpenMind el historiador de la ciencia Jaume Navarro, autor del libro A History of the Electron. J.J. and G.P Thomson (Cambridge University Press, 2012). Lo cierto es que el descubrimiento del electrón podría considerarse un caso temprano de ciencia colectiva, avanzando desde enfoques diversos y a manos de distintos investigadores que, según Navarro, “tenían distintos problemas en mente”.
La historia del electrón y la de su presunto padre son en realidad dos líneas separadas que llegaron a encontrarse. Para reconstruirla quizá no sea necesario remontarse hasta la antigua Grecia, donde la palabra “elektron” designaba al ámbar, capaz de atraer objetos pequeños cuando se frotaba. Pero sí al menos hasta la idea de un fluido eléctrico, originada en el siglo XVIII y cuyo exceso o defecto Benjamin Franklin relacionó con las ideas de carga positiva o negativa.

El átomo no es indivisible

Ya en el siglo XIX, Richard Laming sugirió que el átomo no era realmente indivisible, sino que se componía de un núcleo de materia rodeado de unidades de carga eléctrica. Al mismo tiempo, Michael Faraday acuñaba los términos “ion”, “catión” y “anión” para designar las especies químicas con carga eléctrica que en una pila viajaban de un electrodo a otro a través de un medio líquido: los cationes hacia el cátodo, los aniones al ánodo. Fue el irlandés George Johnstone Stoney quien en 1874 propuso que existían en el átomo unidades elementales de electricidad, para las que en 1891 inventó la palabra “electrón”.
Mientras tanto, varios científicos experimentaban con los llamados tubos de Crookes, recipientes de vidrio vaciados de aire en los que una descarga eléctrica producía una fluorescencia. En 1876, el alemán Eugen Goldstein denominó “rayos catódicos” a esta misteriosa energía emitida por el cátodo de esos tubos. Y el químico inglés William Crookes, descubrió que los rayos podían desviarse con campos eléctricos y magnéticos, indicando que poseían una carga eléctrica negativa.
El electrón fue la primera partícula subatómica descubierta. Crédito: Anastasia Zhenin
El electrón fue la primera partícula subatómica descubierta. Crédito: Anastasia Zhenin
Así, en el último cuarto del siglo XIX ya circulaban las nociones de las partículas subatómicas y de la unidad de carga, y algunos físicos se habían acercado a la idea de que los rayos catódicos estaban compuestos por algo cargado eléctricamente. Se diría que la partícula a la que colocarle el nombre inventado por Stoney era una fruta madura a punto de caer. Y quien la recogió fue J. J. Thomson (1856-1940), un brillante matemático que dirigía el prestigioso Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge. Allí Thomson experimentaba con la conducción de la electricidad a través de los gases, tras haber elaborado modelos sobre la teoría electromagnética de James Clerk Maxwell.

El descubrimiento  de los “corpúsculos”

El 30 de abril de 1897, J.J. Thomson leía ante la Royal Institution un discurso en el que comunicaba sus resultados experimentales demostrando la naturaleza corpuscular de los rayos catódicos. El trabajo de Thomson revelaba que los rayos emitidos por un cátodo (o electrodo negativo) estaban compuestos por partículas de carga negativa a las que el físico denominó “corpúsculos”. Su masa calculada era del orden de 1.000 veces menor que la de la unidad de carga más pequeña conocida entonces, el átomo de hidrógeno ionizado (H+).
Thomson había encontrado la primera partícula subatómica, pero en realidad no buscaba eso, sino una unidad de carga eléctrica. Según Jaume Navarro, lo que el físico perseguía era “una comprensión de los mecanismos de interacción entre materia y electricidad”. Por todo ello, apunta Navarro, “la figura de Thomson no representa fundamentalmente al padre del electrón, sino el avance de las teorías de Maxwell y su papel en la física del cambio de siglo”. En cierto modo, el electrón fue una rareza, una “anomalía en su trayectoria”, en palabras del historiador. De hecho, J.J. Thomson recibió el Nobel en 1906 por su línea principal de trabajo, sus investigaciones en la conducción de la electricidad en tubos llenos de gas.
Tampoco podría decirse que los hallazgos de Thomson marcaran el año cero de la gran revolución tecnológica del siglo XX: la electrónica. Su trabajo impulsó la comprensión de la electrónica fundamental, pero si tuviera que elegirse un momento para el comienzo de la era de la electrónica, para Navarro sería la invención del diodo en 1904 por el estadounidense Lee de Forest; no un físico, sino un inventor “alejado de la tradición de física teórica o universitaria”.
Tal vez nuestros dispositivos electrónicos actuales le deban más a Edison o a Marconi que a Thomson, pero la ciencia sí le debe mucho al físico británico. Otros ocho premios Nobel como Ernest Rutherford salieron de su laboratorio Cavendish, y uno más de su propia casa: su hijo George Paget Thomson, premiado en 1937 por demostrar que la partícula de su padre, el electrón, era además una onda.
Javier Yanes para Ventana al Conocimiento