viernes, 8 de julio de 2016

‘Sin este lago, ¿adónde iremos?’: Los nuevos refugiados climáticos de Bolivia – Español

‘Sin este lago, ¿adónde iremos?’: Los nuevos refugiados climáticos de Bolivia – EspañolLLAPALLAPANI, Bolivia — El agua menguó y los peces murieron. Salieron decenas de miles a la superficie, con el vientre hacia arriba, y durante semanas el hedor se estancó en el aire.

Las aves que se habían alimentado de los peces no tuvieron otra opción que abandonar el lago Poopó, que alguna vez fue el segundo más grande de Bolivia, pero ahora no es más que una expansión de tierra seca y salada.
Así como muchos otros pobladores, gran parte de los uru-muratos, una etnia que ha vivido a orillas del lago por generaciones, también se fue; ahora se han unido aléxodo mundial de refugiados que no huyen de la guerra, sino del cambio climático.
“El lago era nuestra madre y nuestro padre”, dijo Adrián Quispe, uno de cinco hermanos pescadores cuyas familias vivían en Llapallapani. “Sin este lago, ¿adónde iremos?”.
Tras sobrevivir a décadas de desvíos de agua e inundaciones cíclicas ocasionadas por fenómenos como El Niño, el lago Poopó simplemente desapareció en diciembre.
El efecto dominó trasciende a la pérdida del modo de vida de los hermanos Quispe y cientos de otras familias de pescadores, además de la migración de la gente que se vio obligada a dejar sus hogares porque ya no son viables.
La desaparición del lago Poopó pone en riesgo la identidad misma de los uru-muratos, la etnia indígena más antigua en la región. Durante generaciones se adaptaron a las conquistas de los españoles y los incas pero parece que no podrán ajustarse al trastorno ocasionado por el cambio climático.
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Alfredo Choque, quien se dedicaba a la pesca, ahora vive del procesamiento de la sal.CreditJosh Haner/The New York Times
Desde la muerte de los peces en 2014, una buena parte de los 3700 urus de Llapallapani y dos poblados cercanos se han ido a trabajar a las minas de plomo y las salinas, a una distancia de casi 322 kilómetros, donde están luchando por adaptarse; los que se quedaron ganan lo imprescindible como agricultores o apenas sobreviven en lo que solía ser la orilla del lago.
Eva Choque, de 33 años, sentada al lado de su casa de adobe, secaba carne por primera vez sobre el lazo del tendedero. Anteriormente, ella y sus cuatro hijos solo comían pescado.
En la región se les conocía como “la gente del lago”. Algunos habían adoptado el apellido Mauricio por el mauri, que es como se conoce al pez que antes pescaban a raudales. Veneraban a San Pedro porque eran pescadores y cada septiembre le ofrendaban pescados a la orilla del agua, pero esa celebración terminó cuando los peces murieron hace dos años.
“Esta es una cultura milenaria que ha estado aquí desde el comienzo”, explicó Carol Rocha Grimaldi, una antropóloga boliviana, cuya oficina muestra una fotografía satelital de todo el lago, una escena surreal en la vida real. “¿Y las personas del lago pueden existir sin él?”.

[Ir a la portada del Diario de hoy] RESPONSABILIDAD AMBIENTAL Es necesario anticiparse al fuego

RESPONSABILIDAD AMBIENTAL

Es necesario anticiparse al fuego

ESPAÑA

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WWF pide a las administraciones que actúen antes de que lo haga el fuego

Incendios forestales 

El impacto de los grandes incendios forestales aumenta cada añoen 2015 fueron el doble de grandes que la media de la última década. A pesar de esta realidad, a las administraciones les falta aún identificar de manera coherente las zonas de alto riesgo de incendio en un 86% de la superficie forestal española, un desconocimiento que invalida cualquier medida efectiva de prevención del fuego.
Los incendios siguen dejando cada año una herida profunda en muchas comarcas españolas. El abandono de los montes, sumado a los efectos del cambio climático, nos está condenando a sufrir incendios cada vez más grandes, destructivos e imposibles de controlar por los servicios de extinción: solo en 2015 la superficie media afectada en cada gran incendio forestal (GIF), donde arden 500 hectáreas o más, fue un 48% mayor que en la media del decenio.
El impacto de los GIF crece, pero no todas las zonas son igual de vulnerables. Las comunidades autónomas tienen la obligación legal de conocer con detalle las zonas más probables en las que una simple chispa puede acabar en desastre. Sin embargo, en el 86% de los bosques falta esta identificación. Para Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España: “Es inaceptable que en el 86% de la superficie forestal española no se hayan declarado de forma coherente las zonas de alto riesgo de incendio. Las administraciones central y autonómica deben catalogar antes de final de año estas áreas y saber en qué condiciones se encuentran para poder elaborar planes específicos de prevención que reduzcan su vulnerabilidad”.
Esta necesidad es especialmente urgente en comunidades en las que los GIF queman entre el 76 y el 95% de la superficie total incendiada, como Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón.
El informe presentado ayer en Madrid por WWF“Dónde arden nuestros bosques. Análisis y soluciones de WWF”, señala que las administraciones deben incrementar las partidas presupuestarias destinadas a prevención. Lejos de este enfoque, de media más del 80% de las inversiones se reservan a la extinción, frente a apenas un 20% destinado a prevención. Estas políticas de prevención deben mejorar la calidad de los bosques y promover la gestión forestal, creando las condiciones adecuadas para recuperar los usos y aprovechamientos de los montes de manera sostenible. 
Los Programas de Desarrollo Rural (PDR) recientemente aprobados suponen una ocasión para revertir el modelo y apostar por bosques más resistentes a las llamas, en vez de priorizar las acciones de apoyo a la extinción. Sin embargo, y a modo de ejemplo, el 73% de la inversión del Programa Nacional de Desarrollo Rural destinada por el Ministerio de Medio Ambiente a medidas forestales se dedica a apoyo a la extinción.