Las
actividades humanas están cambiando el clima del planeta que nos acoge. Es un
hecho que no podemos ignorar. A principios de noviembre 2014 se presentó en
Copenhague el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático (conocido como IPCC por sus siglas en inglés). El mensaje es
preocupante: “la influencia humana en el sistema climático es clara y va en
aumento. Si no se le pone freno, el cambio climático hará que aumente la
probabilidad de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y
los ecosistemas”.
El
Informe de Síntesis (Synthesis Report) del IPCC culmina la evaluación
más actual y completa sobre el cambio climático del planeta. Durante los últimos
seis años, unos 800 científicos de 80 países han evaluado más de 30.000 informes
científicos y han recogido y organizado los principales resultados en cinco
volúmenes, que en total suman unas 5.000 páginas¹. Un impresionante esfuerzo de
coordinación para alcanzar el máximo conocimiento posible y con el rigor más
objetivo sobre el cambio climático, un tema que nos afecta a todos.
La
destrucción de los bosques es una de las fuentes principales de emisión de gases
de efecto invernadero. Se estima que durante los últimos 250 años (desde la
Revolución Industrial) la deforestación y otros cambios de uso del suelo han
sido responsables de la emisión acumulada de 180 gigatoneladas² (Gt) de carbono
a la atmósfera.
La
mayor parte de las emisiones de CO2 se producen por la quema de
combustibles fósiles (carbón y petróleo) en la industria y en los transportes.
En el mismo período de 250 años esa quema de combustibles fósiles, junto con la
fabricación de cemento, han liberado 375 Gt de carbono a la atmósfera. Conviene
recordar que el carbón, la principal fuente de energía durante la Revolución
Industrial, es un producto de los bosques antiguos que dominaban el planeta
durante el Carbonífero (hace 300-350 millones de años), que secuestraron el
carbono de la atmósfera y lo almacenaron en esa forma de alto contenido
energético.
Los
bosques actuales tienen un papel crucial en la captación de CO2 y su
fijación en forma de biomasa, y de compuestos orgánicos en el suelo forestal.
Los ecosistemas terrestres han removido de la atmósfera unas 160 Gt de carbono
durante los últimos 250 años.
La
importancia de los bosques en la mitigación del cambio climático fue reconocida
durante la Cumbre del Clima que tuvo lugar en Nueva York el pasado mes de
septiembre, organizada por las Naciones Unidas.
Declaración
de Nueva York sobre los Bosques
Por
iniciativa de Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, en la Cumbre del Clima
se firmó la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, que a continuación se
transcribe.
Los bosques son esenciales para nuestro futuro. Más de
1,6 millones de personas dependen de ellos para obtener alimentos, agua,
combustible, medicinas y para sus formas de vida y sus culturas tradicionales.
En los bosques se halla aproximadamente un 80% de la biodiversidad terrestre y
desempeñan un papel vital en la protección del clima mediante la captura
de carbono de forma natural. Sin embargo, cada año un promedio de 13
millones de hectáreas de bosques desaparecen, a menudo con efectos devastadores
sobre las comunidades y los pueblos indígenas. La destrucción de los bosques
naturales para la producción de materias primas (como soja, aceite de palma,
carne y papel) es responsable de aproximadamente la mitad de la deforestación
mundial. Por otra parte, la infraestructura, la expansión urbana, la obtención
de energía, la minería y la recolección de leña también contribuyen en mayor o
menor grado a la pérdida forestal.
Compartimos la visión de reducir, detener y revertir la
pérdida de bosques a nivel global, mientras que al mismo tiempo se mejore la
seguridad alimentaria para todos. La reducción de las emisiones de gases
de efecto invernadero derivadas de la deforestación y el aumento del secuestro
de carbono con la restauración forestal serán extremadamente importantes para
limitar el calentamiento global en solo 2°C. De hecho, los bosques representan
una de las soluciones mayores y más efectivas económicamente de las que están
disponibles hoy en día para frenar el cambio climático. Las acciones
para conservar, gestionar de forma sostenible y restaurar los bosques pueden
contribuir al crecimiento económico, a la reducción de la pobreza, al estado de
derecho, a la seguridad alimentaria, a la resistencia climática y a la
conservación de la biodiversidad. Estas acciones también pueden ayudar a
asegurar que se respeten los derechos de los pueblos indígenas dependientes de
los bosques, así como a fomentar su participación y la de las comunidades
locales en la toma de decisiones.
Con nuestros diversos mandatos, capacidades y
circunstancias, colectivamente nos comprometemos a hacer lo que nos corresponde
para lograr los resultados que se mencionan a continuación. Actuaremos en una
alianza colectiva, asegurando además que haya incentivos económicos fuertes y a
largo plazo que sean proporcionales con el tamaño del desafío.
• Reducir la tasa de pérdida de bosques naturales a nivel
mundial, por lo menos a la mitad para el año 2020, y hacer esfuerzos para
detener totalmente la pérdida de bosques naturales para el año 2030.
• Apoyar y ayudar a cumplir el objetivo del sector privado de eliminar la deforestación causada por la explotación de productos agrícolas, tales como el aceite de palma, la soja, el papel y los productos de carne vacuna, a más tardar para el año 2020, reconociendo que muchas empresas tienen metas aún más ambiciosas. • Reducir significativamente la deforestación derivada de los otros sectores de la economía para el año 2020. • Apoyar las alternativas a la deforestación impulsada por las necesidades básicas (tales como la agricultura de subsistencia y la dependencia de la leña para energía), de manera que alivien la pobreza y promuevan el desarrollo sostenible y equitativo.
• Restaurar 150 millones de hectáreas de tierras
degradadas y de tierras forestales para el año 2020 y aumentar
significativamente la tasa de restauración a nivel mundial a partir de entonces,
restaurando al menos otras 200 millones de hectáreas para el año
2030.
• Incluir objetivos ambiciosos y cuantitativos de conservación y restauración forestal para el año 2030 en el marco del desarrollo global post-2015, como parte de los nuevos objetivos internacionales de desarrollo sostenible. • Acordar en el año 2015 la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y de la degradación de los bosques como parte de un acuerdo climático global post-2020, de conformidad con las normas acordadas a nivel internacional y en consonancia con el objetivo de no superar el calentamiento en 2°C. • Proporcionar apoyo para el desarrollo y la implementación de estrategias para reducir las emisiones forestales. • Premiar a los países y jurisdicciones que tomen medidas para reducir las emisiones forestales, especialmente a través de políticas públicas para aumentar los pagos por la reducción de emisiones verificadas, y en el abastecimiento de materias primas para el sector privado. • Fortalecer la gobernanza forestal, la transparencia y el estado de derecho, al mismo tiempo que se empodera a las comunidades locales y se reconocen los derechos de los pueblos indígenas, especialmente los relativos a sus tierras y recursos.
El logro de estos resultados podría reducir las emisiones
entre 4,5 y 8,8 gigatoneladas de carbono por año para el 2030. Al trabajar en
colaboración, podemos lograr estos objetivos y trazar un nuevo rumbo hacia la
conservación, la restauración y la gestión adecuada de los bosques para el
beneficio de todos. Invitamos a otros a unirse a nosotros en el compromiso de un
mundo donde las personas y los bosques crezcan juntos.
Quién
apoya y quién se abstiene en la Declaración
La
declaración no supone un compromiso legal de los firmantes pero es un
posicionamiento público con vistas a la decisiva Conferencia de París en
diciembre 2015 (la llamada COP 21, es decir la Vigésima Primera Conferencia de
las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático).
Representantes
de 32 países firmaron la Declaración: Estados Unidos de América, Canadá, Unión
Europea (además del representante europeo apoyaron la declaración algunos países
importantes como Alemania, Francia, Reino Unido, Dinamarca, Holanda y Noruega);
entre los países latinoamericanos firmaron México, Chile, Colombia, Perú y
República Dominicana; de los firmantes de Asia destacan Japón, Corea del Sur,
Indonesia, Filipinas y Vietnam; y de África Kenia, República del Congo y
Etiopía.
Entre
los grandes ausentes están los emergentes BRICS, Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica; tampoco firmaron algunos países americanos importantes (además de
Brasil) como Argentina o Venezuela; otros ausentes destacados fueron Australia y
Nueva Zelanda, y los países del sur de Europa – España, Portugal, Italia y
Grecia –.
Por
otra parte, firmaron los representantes de 20 gobiernos regionales; tres
regiones de Brasil (Acre, Amapa y Amazonas) compensaron la ausencia del gobierno
central. El gobierno de Cataluña compensó la ausencia de España (aunque
estuviera representada por la Unión Europea). Cinco gobiernos regionales de
México y cinco de Perú confirmaron el compromiso de sus respectivos países.
Es
muy relevante que la Declaración estuviera firmada por 40 empresas
multinacionales que se abastecen de materias primas cuya obtención pueda estar
relacionada con la destrucción de bosques. Algunas tan conocidas como Danone,
Kellogg´s, McDonalds, Nestlé, Unilever, L´Oreal, Yves Rocher y Johnson &
Johnson.
Por
último, también firmaron 65 Organizaciones de la Sociedad Civil (CSO, de las
siglas en inglés), incluyendo 16 agrupaciones de Pueblos Indígenas y conocidas
organizaciones conservacionistas como la International Union for
Conservation of Nature (IUCN) y la World Wildlife Fund (WWF).
La
Declaración lleva asociada una Agenda de Acción (voluntaria) que sirve de guía a
gobiernos, empresas y organizaciones para cumplir los objetivos. Por ejemplo,
las CSOs pueden "educar al público a través de campañas de concienciación para
promover el consumo y la producción sostenible". Específicamente, limitando el
consumo de productos asociados con la deforestación y favoreciendo a las
empresas que adopten la política de cero-deforestación.
Otro
futuro es posible
Sabemos
con bastante certeza cómo está cambiando el clima y tenemos herramientas para
predecir lo que puede pasar en el futuro próximo. En el Informe del IPCC se
plantean opciones para que los impactos del cambio climático permanezcan en un
nivel controlable. Incluyen medidas de mitigación o políticas
para reducir la concentración de gases invernaderos en la atmósfera y aumentar
los sumideros de carbono, combinadas con iniciativas y medidas de
adaptación para reducir la vulnerabilidad de los sistemas
humanos y naturales a los efectos del cambio climático.
Mediante
políticas de desarrollo sostenible que combinen medidas de adaptación y
mitigación se conseguirá reducir el impacto del cambio climático (siguiendo
trayectorias resilientes al clima) y alcanzar las situaciones de menor riesgo
dentro de los futuros posibles (ver esquema del IPCC).
Ese
cambio debe ser colectivo y universal. Es necesaria una acción coordinada de
todos los países para cambiar a una economía global de cero-emisión de carbono.
Hace unos días, Xi Jinping ponía fecha por primera vez (aunque lejana, 2030)
para comenzar a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero en China,
el primer país emisor de CO2. Un primer paso que despierta cierto
optimismo con vista a las negociaciones de París 2015.
Los
árboles son nuestros aliados, siempre lo han sido. Actuando de manera invisible
remueven constantemente el dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierten en
hermosas formas vivientes de hojas, troncos y raíces. Construyamos entre todos
ese utópico "mundo donde las personas y los bosques crezcan juntos", como
propone la Declaración de la ONU.
_______________________________________________
¹
El Quinto Informe de Evaluación del IPCC consta de cinco volúmenes que están
disponibles en la web del IPCC:
• IPCC (2013). Climate Change 2013: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press, Cambridge, RU, 1535 págs. (Resumen en español). • IPCC (2014a). Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Part A: Global and Sectoral Aspects. Contribution of Working Group II to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press, Cambridge, RU, 1132 págs. • IPCC (2014b). Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Part B: Regional Aspects. Contribution of Working Group II to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press, Cambridge, RU, 688 págs. (Resumen en español de las dos partes). • IPCC (2014c). Working Group III. Mitigation of climate change. WGIII Assessment Report 5. Final Draft, 2108 págs. (Documento sin publicar; Resumen en inglés). • IPCC (2014d). Climate Change 2014 Synthesis Report. Longer Report. Adopted 1 November 2014, 116 págs. (Documento sin publicar; Resumen en inglés).
²
Una gigatonelada (Gt) de carbono es igual a mil millones de toneladas o
siguiendo el Sistema Universal, igual a un petagramo (Pg), es decir mil billones
de gramos.
Escrito
por Teo, jueves 20 de noviembre de 2014.
|
jueves, 20 de noviembre de 2014
Cambio climático y bosques by Teo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario